Centros de Convenciones: El Pulso de la Interacción Comercial en Latinoamérica
11/05/2025 l Obra pública
Un análisis del crecimiento y la evolución de estos espacios en la región, en un contexto post-pandemia.
En 2025, la importancia de los centros de convenciones y ferias ha cobrado un nuevo significado en Latinoamérica. Tras los desafíos impuestos por la pandemia de COVID-19, estos espacios no solo han sobrevivido, sino que han evolucionado para convertirse en núcleos estratégicos para la interacción comercial y la innovación. Según un informe de la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA), la región ha visto un crecimiento del 35% en la realización de eventos en los últimos tres años, lo que subraya la resiliencia y adaptabilidad del sector. Desde Buenos Aires hasta São Paulo, los centros de convenciones se han reconfigurado para satisfacer las nuevas demandas del mercado, integrando tecnologías digitales y sostenibilidad en sus operaciones.

Históricamente, Latinoamérica ha tenido un papel secundario en el mapa mundial de eventos, pero la tendencia está cambiando. En 2019, antes de la pandemia, se registraron aproximadamente 4,5 millones de participantes en eventos en la región, un número que se desplomó durante los años críticos del aislamiento. Sin embargo, en 2023, la recuperación fue notable, y las estimaciones indican que este año se alcanzará un total de 5,8 millones de asistentes. Este resurgimiento ha llevado a una inversión significativa en infraestructura, con proyectos emblemáticos como el Centro de Convenciones de Quito en Ecuador y la expansión del Centro Costa Salguero en Buenos Aires. La combinación de un entorno empresarial dinámico y la creciente apertura de mercados en el continente han posicionado a los centros de convenciones como catalizadores de la economía. Con el avance de la digitalización, la flexibilidad en el diseño de estos espacios se ha vuelto crucial, permitiendo que se adapten a diversas necesidades, desde exposiciones hasta conferencias híbridas, asegurando así que Latinoamérica no solo recupere su lugar en la industria de eventos, sino que lo expanda.