
Desde una perspectiva productiva, la respuesta del sector ha sido la consolidación de metodologías avanzadas. Las fundaciones profundas, como los pilotes y micropilotes, se han posicionado como la solución predominante. Estos elementos transfieren las cargas estructurales a estratos de suelo más competentes, ubicados a profundidades considerables, superando la capa superficial de arena suelta. Se observa una preferencia por pilotes hincados o atornillados, que además de su eficacia, generan mínima alteración del entorno adyacente, un factor crucial en ecosistemas tan sensibles como las dunas. Otra variante, las fundaciones mediante losas o plateas de gran superficie, se aplica cuando la distribución de carga es más uniforme y se busca reducir la presión sobre el suelo, a menudo combinadas con mejoramiento de suelo o inyecciones.
Las proyecciones futuras para la arquitectura costera uruguaya están intrínsecamente ligadas a la adaptación al cambio climático. El aumento del nivel del mar y la intensificación de eventos meteorológicos extremos –marejadas ciclónicas, fuertes vientos, lluvias torrenciales– exigen un rediseño del paradigma de la durabilidad. Las fundaciones no solo deberán ser capaces de soportar cargas verticales, sino también fuerzas horizontales y de succión, así como resistir la corrosión salina. Esto impulsa la investigación en materiales avanzados, como hormigones de alta resistencia con aditivos específicos, aceros inoxidables o recubrimientos protectores para las armaduras. La integración de sistemas de monitoreo geotécnico en tiempo real para estructuras críticas es una tendencia emergente, permitiendo evaluar la estabilidad a lo largo del tiempo y anticipar posibles problemas.
Desde una óptica académica, la colaboración multidisciplinaria se vuelve indispensable. Ingenieros geotécnicos, estructurales, arquitectos y expertos en ciencias ambientales deben converger desde las primeras etapas de conceptualización de un proyecto. La aplicación de modelados BIM (Building Information Modeling) en la fase de diseño de fundaciones complejas se ha vuelto una herramienta esencial, permitiendo simular el comportamiento del suelo y optimizar la disposición y tipología de los elementos de cimentación. Esta aproximación no solo mejora la eficiencia y seguridad, sino que también minimiza el impacto ambiental de la construcción en estas zonas de alto valor ecológico. Uruguay, con su litoral en expansión y sus desafíos particulares, se está posicionando como un laboratorio natural para el desarrollo y aplicación de estas soluciones, generando un conocimiento técnico que beneficiará a toda la región.