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Miércoles, 17 de septiembre 2025
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Conectividad Subterránea: La Gestión Energética en la Construcción de Túneles Urbanos

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Desde la herencia minera hasta la alta tecnología: Un recorrido por las metodologías que optimizan la eficiencia operacional y la impronta ambiental en la infraestructura regional.
Conectividad Subterránea: La Gestión Energética en la Construcción de Túneles Urbanos
La vida moderna, pulsante y en constante expansión, ha empujado a nuestras ciudades a buscar nuevas fronteras para su desarrollo. El espacio superficial, cada vez más saturado, ha redirigido la mirada hacia el subsuelo, consolidando a los túneles urbanos como arterias vitales para el transporte, servicios y la optimización del tejido urbano. Sin embargo, la construcción de estas infraestructuras profundas no es una tarea trivial; su evolución desde las técnicas rudimentarias hasta los métodos contemporáneos representa un fascinante viaje que, en la última década, ha virado hacia un imperativo pragmático: la eficiencia energética y la minimización del impacto ambiental.

Históricamente, la minería, madre primigenia de la excavación subterránea, legó métodos robustos pero energéticamente intensivos. Las técnicas de perforación y voladura, o los métodos de ‘cut and cover’ en entornos urbanos, si bien efectivos, implicaban una considerable alteración del entorno, un alto consumo de recursos materiales y energéticos para la extracción y transporte de escombros, y una huella acústica y vibratoria significativa. La ventilación de grandes volúmenes de aire en frentes de obra, el bombeo constante de agua subterránea y el transporte masivo de materiales, representaban ya entonces importantes demandas energéticas no siempre optimizadas.

La verdadera transformación, observada con mayor agudeza en el ámbito regional y global, reside en la consolidación de sistemas de excavación más sofisticados. Las tuneladoras de escudo completo (TBM – Tunnel Boring Machine) son el epítome de esta evolución. Su capacidad para excavar y revestir simultáneamente, minimizando la intervención en superficie y gestionando los desechos de forma más controlada, marcó un antes y un después. Pero más allá de la mecánica pura, el cambio fundamental radica en la concepción energética de todo el ciclo de vida del proyecto. La selección de maquinaria, la planificación logística de materiales, el diseño de los sistemas de ventilación y el manejo del agua, son ahora factores primordiales que se evalúan desde una perspectiva de balance energético total. Esta perspectiva pragmática no solo busca la funcionalidad de la infraestructura, sino su viabilidad a largo plazo en un contexto de recursos limitados.

Conectividad Subterránea: La Gestión Energética en la Construcción de Túneles Urbanos
La verdadera guía práctica en este ámbito emerge de la comprensión de la energía como un recurso central en cada fase constructiva. Para optimizar el consumo energético en la excavación, las TBM modernas incorporan sistemas de control inteligente que ajustan la potencia de corte y el avance en función de las condiciones geotécnicas en tiempo real. Esta adaptabilidad reduce el esfuerzo innecesario y el desgaste de componentes, lo que a su vez disminuye las necesidades de energía para reparaciones y mantenimiento. La gestión del lodo o del frente de roca, en el caso de las EPB (Earth Pressure Balance) o Slurry TBM, se ha refinado para minimizar el volumen de material a transportar, un aspecto con una alta incidencia en la huella de carbono y el consumo de combustibles.

Asimismo, los sistemas de ventilación, históricamente grandes consumidores de energía en túneles largos o complejos, están siendo rediseñados. Se utilizan modelos CFD (Computational Fluid Dynamics) para predecir patrones de flujo de aire y optimizar la ubicación y potencia de los ventiladores, garantizando la seguridad y calidad del aire con un gasto energético reducido. La iluminación de túneles, tanto en obra como en su fase operativa, migra hacia tecnologías LED de bajo consumo y alta durabilidad, complementadas con sistemas de control inteligente que adaptan la intensidad lumínica a las condiciones externas y al flujo de tráfico, maximizando la eficiencia operativa.

Desde una perspectiva más amplia, la selección de materiales para el revestimiento y la impermeabilización del túnel también juega un rol energético. Materiales de mayor durabilidad y menor necesidad de mantenimiento post-construcción reducen la energía incorporada en futuras reparaciones y la interrupción de servicios. La integración de energías renovables para alimentar la infraestructura de apoyo durante la construcción o incluso para el propio túnel operativo (por ejemplo, mediante la recuperación de calor del subsuelo) empieza a perfilarse como una tendencia en la planificación de proyectos. Esta visión holística, que trasciende la mera perforación para abarcar la eficiencia de los materiales, la inteligencia de los sistemas y la gestión de la energía a lo largo de toda la vida útil del proyecto, es el camino ineludible para el avance de la construcción de túneles urbanos en la región y más allá.

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