
01/09/2025 l Interés General
Paralelamente, la correcta zonificación establece la infraestructura subyacente que permite que diferentes actividades coexistan armónicamente. Tradicionalmente, se distinguen las zonas públicas (estar, comedor), las semi-públicas (cocina, estudio) y las privadas (dormitorios, baños). Sin embargo, la historia reciente ha demostrado la creciente necesidad de espacios híbridos y adaptables. La proliferación del trabajo remoto, la educación a distancia y la revalorización del ocio doméstico han impulsado a los profesionales a concebir áreas que puedan transformarse según la demanda: un estudio que se convierte en habitación de huéspedes, una galería que funciona como gimnasio, o un patio que extiende la zona social.
Esta adaptabilidad exige un diseño que anticipe los cambios, ofreciendo flexibilidad sin sacrificar la coherencia espacial. Los arquitectos y constructores en nuestro país están cada vez más enfocados en proyectar viviendas que no solo satisfagan las necesidades del presente, sino que también puedan evolucionar con sus ocupantes a lo largo del tiempo. Se trata de una infraestructura invisible pero poderosa, que moldea hábitos, promueve el bienestar y maximiza el potencial de cada metro cuadrado. La reflexión sobre la interacción entre estos elementos es fundamental para la construcción de hogares que verdaderamente respondan a los desafíos y aspiraciones de la vida contemporánea en Argentina, sentando las bases para una calidad habitacional elevada y perdurable.