
09/09/2025 l Obra pública
La cautela es obligatoria al planificar estas obras. No solo por la inversión pública que representan, sino por la profunda responsabilidad social que conllevan. Cada metro cuadrado debe ser pensado para la autonomía, la dignidad y el bienestar. Esto significa integrar soluciones arquitectónicas que atiendan no solo la movilidad, sino también aspectos sensoriales y cognitivos, algo que vemos reflejado en los intercambios y buenas prácticas entre países hermanos de la región. Estamos hablando de materiales adecuados para la acústica, iluminación natural que favorezca la orientación, y la creación de ambientes que estimulen sin sobrecargar.
Los proyectos de obra pública en esta área están empezando a poner el acento en la creación de verdaderos ecosistemas de apoyo. No solo los edificios principales, sino también los espacios verdes circundantes, las áreas de esparcimiento y la conexión con la comunidad se vuelven cruciales. La integración de tecnologías asistivas y la capacidad de los edificios para adaptarse a futuros avances terapéuticos son consideraciones que están marcando la pauta en las mesas de diseño. Mirando hacia adelante, en los próximos años, se espera que estos centros no solo sean lugares de tratamiento, sino también nodos comunitarios, promoviendo la inclusión activa y desdibujando las barreras entre quienes reciben apoyo y el resto de la sociedad. Es un camino complejo, sin atajos, donde la arquitectura tiene el rol protagónico de construir puentes hacia una vida más plena para todos.