31/03/2025 l Tendencias
Las estructuras metálicas, compuestas principalmente de acero, ofrecen ventajas significativas en términos de peso y velocidad de construcción. Con tiempos de montaje reducidos, se estima que los proyectos que utilizan estructuras metálicas pueden completarse un 30% más rápido en comparación con los de hormigón. Esto se traduce en menores costos laborales y menores intereses financieros para los desarrolladores. Además, el acero es 100% reciclable, lo que lo convierte en una opción más sostenible a largo plazo, especialmente en un contexto donde la economía circular gana terreno a nivel global.
Sin embargo, el uso de estructuras metálicas no está exento de desventajas. La susceptibilidad al fuego, la corrosión y la necesidad de tratamientos adicionales para mejorar su durabilidad son factores que generan inquietud entre los profesionales del sector. Según un estudio de la Universidad de Tecnología de Delft, el 25% de los edificios de acero requieren mantenimiento significativo a los cinco años de su construcción, un costo que debe ser considerado en el presupuesto inicial.
Por otro lado, el hormigón, a pesar de su mayor peso y tiempos de curado prolongados, ofrece una resistencia superior y un mejor comportamiento frente al fuego. Las estructuras de hormigón son generalmente más económicas en términos de materiales, con precios que oscilan entre 70 y 120 dólares por metro cúbico, comparado con los 600 a 1,200 dólares por tonelada del acero. Sin embargo, la producción de hormigón conlleva un alto costo ambiental, ya que representa aproximadamente el 8% de las emisiones globales de CO2, lo que ha llevado a un aumento en la búsqueda de alternativas más sostenibles, como el hormigón reciclado o los aditivos que reducen su huella de carbono.
La elección entre estructuras metálicas y de hormigón también depende del tipo de proyecto. En construcciones de gran altura, donde la ligereza y resistencia del acero son esenciales, las estructuras metálicas tienden a ser la opción preferida. En contraste, en obras de infraestructura como puentes y túneles, el hormigón sigue siendo la opción dominante debido a su durabilidad y resistencia a la compresión. Así, mientras que la tendencia global se inclina hacia el uso de estructuras metálicas, especialmente en entornos urbanos donde la velocidad es crucial, el hormigón mantiene su relevancia en proyectos de larga duración y gran escala.
En conclusión, el debate entre estructuras metálicas y de hormigón es complejo y requiere un análisis exhaustivo de las necesidades específicas de cada proyecto. La evolución de la tecnología de materiales y el enfoque hacia la sostenibilidad jugarán un papel decisivo en la elección de la estructura en los próximos años. Sin embargo, es innegable que cada opción tiene su lugar y que la clave estará en integrar lo mejor de ambos mundos para alcanzar un equilibrio entre eficiencia, costo y responsabilidad ambiental.