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La Construcción Argentina Redefinida por el Modelo Tridimensional

31/08/2025 l Tendencias

Una retrospectiva del camino que transformó la gestión de proyectos, elevando la eficiencia y el compromiso ambiental en el sector nacional.
La Construcción Argentina Redefinida por el Modelo Tridimensional


           

La silueta de nuestras ciudades y la funcionalidad de sus estructuras no serían las mismas sin una herramienta que, progresivamente, ha tejido una nueva forma de pensar y ejecutar la construcción. Desde los tableros bidimensionales hacia un universo de modelos inteligentes, la transición ha sido tan profunda como necesaria. El Building Information Modeling (BIM), lejos de ser una simple herramienta de dibujo, se consolidó en Argentina como un ecosistema de información interconectada, transformando radicalmente la concepción, diseño, ejecución y gestión de activos construidos. Observando desde la cúspide de 2025, es innegable que su implementación ha catalizado una sinergia sin precedentes entre arquitectos, ingenieros, constructores y propietarios, marcando el fin de la fragmentación y el inicio de una era de colaboración integrada. Esta metodología permitió una visualización y análisis anticipado de cada componente de un proyecto, reduciendo drásticamente los conflictos en obra y optimizando los cronogramas de entrega. La capacidad de simular escenarios y detectar interferencias mucho antes de que se vertiera el primer cimiento, se convirtió en un pilar fundamental para la predictibilidad y la minimización de riesgos en cada emprendimiento.

La Construcción Argentina Redefinida por el Modelo Tridimensional


           

El verdadero valor de BIM, sin embargo, trasciende la mera coordinación espacial. Su capacidad para almacenar y gestionar atributos no geométricos elevó el proceso de diseño a un nivel superior de inteligencia, permitiendo simulaciones avanzadas de comportamiento energético, análisis de impacto ambiental y optimización de materiales desde las fases más tempranas del proyecto. Esta visión holística no solo condujo a una reducción significativa de residuos en obra y a una mayor precisión en la planificación de recursos, sino que también impulsó la adopción de prácticas constructivas más conscientes y el desarrollo de edificaciones con menor huella de carbono a lo largo de todo su ciclo de vida. Desde la selección de insumos hasta la fase de mantenimiento y eventual deconstrucción, BIM aportó una trazabilidad invaluable, fomentando un modelo de economía circular en el sector. En el ámbito nacional, la curva de adopción, aunque desafiante en sus inicios debido a la inversión en capacitación y software, demostró ser un pilar fundamental para la competitividad del sector. Empresas de distintas escalas abrazaron la metodología, reconociendo en ella no solo una ventaja operativa, sino una plataforma para la gestión transparente de proyectos, la mitigación de riesgos y la entrega de productos finales que superan las expectativas de rendimiento y durabilidad. El compromiso con un desarrollo edificado más armónico con nuestro entorno se fortaleció exponencialmente gracias a la trazabilidad y la visión a largo plazo que BIM ofrece, posicionando a la arquitectura y construcción argentina en una senda de progreso y responsabilidad.

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