La digitalización moldea la ejecución de obra pública global
La perspectiva empresarial exige una mirada pragmática sobre el retorno de la inversión. La aplicación de Big Data e Inteligencia Artificial (IA) en la obra pública permite analizar vastos volúmenes de información histórica y predictiva para identificar patrones, anticipar riesgos, optimizar la cadena de suministro y mejorar la asignación de recursos. Casos exitosos en países como el Reino Unido, Singapur o Estados Unidos demuestran que la digitalización no solo reduce los sobrecostos y los retrasos, sino que también eleva los estándares de calidad y seguridad. La transparencia, otro imperativo moderno, se ve reforzada por el uso de plataformas en la nube y, en algunos proyectos piloto, de tecnología Blockchain para el seguimiento inmutable de contratos, pagos y auditorías.
No obstante, la adopción masiva no está exenta de desafíos. La inversión inicial en software y hardware, la capacitación del personal, la ciberseguridad y la interoperabilidad entre diferentes sistemas siguen siendo barreras significativas. Sin embargo, la trayectoria reciente indica que el camino hacia una gestión de obra pública plenamente digitalizada es irreversible. Las administraciones y empresas constructoras que no integren estas herramientas corren el riesgo de perder competitividad y eficiencia, relegándose en un panorama donde la agilidad y la información en tiempo real se han convertido en divisas fundamentales.
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