
¿Qué hacen exactamente? ¡La lista es tan dinámica como sus proyectos! Desde la concepción inicial, se sumergen en la investigación del usuario y el propósito del espacio. Desarrollan planos detallados, modelos 3D y especificaciones de materiales que van desde revestimientos y mobiliario fijo hasta la tecnología integrada. Son maestros en optimizar cada centímetro, adaptando espacios existentes o proyectando ambientes desde cero para maximizar la productividad en oficinas globales (¡piensen en esos hubs de co-working en Sídney o Berlín!), la relajación en residencias de lujo, la eficiencia en hospitales o la experiencia en hoteles boutique. Coordinan a los distintos gremios, gestionan presupuestos y cronogramas, y actúan como el puente entre el cliente y el equipo de construcción.
Mirando hacia el futuro, las proyecciones a largo plazo para esta profesión son electrizantes. Con la creciente conciencia global sobre el impacto de los entornos en nuestra salud mental y física, los arquitectos de interiores están a la vanguardia del diseño biofílico, integrando la naturaleza en espacios interiores; del diseño adaptable, creando ambientes que pueden reconfigurarse según las necesidades (¡adiós a las oficinas rígidas!); y de la implementación de tecnologías inteligentes para una experiencia personalizada y energéticamente eficiente. Su rol se globaliza aún más, con equipos transnacionales colaborando en proyectos que deben satisfacer estándares ergonómicos y culturales diversos, desde Tokio hasta Buenos Aires. En definitiva, son los artífices de un bienestar construido, proyectando un futuro donde cada espacio es una oportunidad para vivir mejor y más intensamente.