
Según un informe reciente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) de fines de 2024, el 28% de las empresas constructoras de mediano y gran porte en la región metropolitana de Buenos Aires ya implementa activamente soluciones de RA en sus fases de preconstrucción, con proyecciones de alcanzar el 45% a nivel nacional para fines de 2026. Este avance se traduce en métricas tangibles: las compañías que utilizan RA reportan una reducción promedio del 15% en retrabajos debido a errores de diseño o coordinación, y un acortamiento del 8% en los plazos de entrega proyectados, según datos compilados por el Observatorio de Tendencias de Arquitecturar. La RA permite una verificación in situ de la viabilidad de diseños complejos, identificando posibles interferencias entre instalaciones (hidráulicas, eléctricas, HVAC) y la estructura principal antes de la ejecución. Esto es particularmente valioso en proyectos de infraestructura crítica o edificios de altura, donde la precisión milimétrica es crucial. La capacidad de superponer el modelo digital sobre el entorno físico mediante tablets o gafas inteligentes, ofrece una perspectiva unificada a todos los actores involucrados, desde el jefe de obra hasta los subcontratistas, mejorando exponencialmente la comunicación y la toma de decisiones.
Sin embargo, la adopción masiva aún enfrenta desafíos. La inversión inicial en hardware y software especializado, junto con la necesidad de capacitación del personal, son barreras significativas para las PyMEs. No obstante, la curva de aprendizaje se está suavizando y el retorno de la inversión se hace cada vez más evidente. La estandarización de formatos de interoperabilidad entre software BIM y plataformas de RA, sumada a la evolución de dispositivos más accesibles, augura una democratización de esta tecnología. Mirando hacia el futuro cercano, la RA se perfila no solo como una herramienta de visualización, sino como un componente integral en la gestión predictiva de riesgos, la optimización de la cadena de suministro y la certificación de calidad en el ciclo de vida completo de la construcción argentina, consolidando una metodología de trabajo más segura, eficiente y rentable.