Techos Planos vs. Techos a Dos Aguas: Un Dilema Estructural en Tiempos de Crisis
30/03/2025 l Interés General
Análisis crítico sobre las ventajas y desventajas de dos tipos de techos que marcan la pauta en la arquitectura chilena.
En el contexto actual de Chile, donde los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes, es imperativo revisar la efectividad de las estructuras arquitectónicas que hemos implementado a lo largo de nuestra historia. Los techos planos, que ganaron popularidad en las décadas de 1960 y 1970, ofrecen ventajas significativas tales como la optimización del espacio y la posibilidad de instalación de sistemas de energía solar. Sin embargo, su capacidad para enfrentar lluvias intensas y nevadas, características del clima chileno en ciertas regiones, ha sido cuestionada. Según el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el 60% de las viviendas construidas en la última década han incorporado techos planos, lo que genera una preocupación creciente en el ámbito gubernamental sobre su durabilidad y seguridad en situaciones adversas. Por otro lado, los techos a dos aguas, más tradicionales, han demostrado ser más efectivos en la evacuación del agua, con un índice de mantenimiento significativamente menor en zonas con alta pluviosidad, como la región de Los Lagos, donde se han reportado menos daños estructurales en comparación con sus contrapartes planas.

Históricamente, el diseño arquitectónico en Chile ha estado influenciado por factores socioeconómicos y climáticos. En la década de 1980, se observó un auge en la construcción de viviendas económicas con techos planos, promovido por políticas habitacionales del gobierno que buscaban eficiencia y reducción de costos. Sin embargo, la falta de consideración por el clima ha llevado a un aumento del 30% en las reclamaciones por filtraciones y daños en techos en áreas urbanas. La situación es alarmante y requiere una intervención gubernamental que promueva una revisión de las normativas de construcción. La elección del diseño del techo debe ser una decisión informada, considerando no solo los aspectos estéticos y económicos, sino también la resiliencia ante un futuro que promete ser cada vez más incierto. En conclusión, es fundamental que tanto arquitectos como ciudadanos tomen en cuenta estas variables críticas al momento de decidir entre techos planos y a dos aguas, antes de que sea demasiado tarde.