
Históricamente, la compra en pozo ha sido vista como una oportunidad de ahorro y revalorización, especialmente en períodos de estabilidad o crecimiento económico. No obstante, la experiencia de la última década nos enseñó la importancia de la ‘letra chica’ y la solidez del desarrollador. Desde la crisis de 2020 en adelante, observamos cómo fluctuaciones macroeconómicas en países como Argentina, Chile o Perú impactaron directamente en los plazos y costos de obra. Estudios de la región revelan que, si bien la revalorización promedio de un inmueble adquirido en pozo en ciudades capitales superó el 15% anual entre 2020 y 2024 tras la entrega, un preocupante 30% de los proyectos sufrió retrasos superiores a los seis meses, afectando la planificación personal y financiera de muchas familias. La promesa de entrega en tiempo y forma, a menudo, quedó supeditada a vaivenes económicos o logísticos inesperados.
Por ello, nuestra primera recomendación es investigar a fondo al desarrollador. Su trayectoria, la cantidad de proyectos finalizados y entregados, y la reputación en el mercado son un termómetro invaluable. ¿Cumplió con los plazos? ¿La calidad de las terminaciones fue la pactada? Buscar referencias y, si es posible, visitar obras anteriores es un paso fundamental que muchos subestiman. Además, la estructura del fideicomiso, si aplica, y los mecanismos de ajuste por inflación –como el índice de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) en nuestro país– deben ser comprendidos en detalle, ya que son el factor que más sorpresa genera en el costo final.
Consideremos también el impacto social: un retraso no es solo un costo adicional, sino que puede implicar alquileres extra, cambios de planes familiares, mudanzas pospuestas. Es el futuro de las personas el que está en juego. Por ello, la prudencia y una planificación realista son clave. Evaluar tu capacidad de pago no solo al inicio, sino también ante posibles ajustes o imprevistos, es un ejercicio de sensatez. El mercado inmobiliario, como vimos en retrospectiva, es dinámico y sensible. Comprar en pozo puede ser una excelente estrategia para acceder a una propiedad con condiciones favorables, siempre y cuando se aborde con una mirada crítica, una investigación exhaustiva y una comprensión clara de los compromisos adquiridos. Tu inversión no es solo en metros cuadrados, es en tranquilidad.