
El acceso a estos espacios bien diseñados también revela una marcada desigualdad social. Predominantemente, se encuentran en proyectos inmobiliarios de alto nivel o en oficinas corporativas de vanguardia, lo que democratiza poco el derecho al descanso y a la recuperación en entornos construidos. Los espacios públicos chilenos, salvo contadas excepciones, rara vez integran principios de diseño que busquen activamente el bienestar psicológico de sus usuarios, perpetuando un modelo funcionalista que ignora el impacto del entorno en la salud mental de la población general. Este déficit se agudiza al considerar que la normativa urbanística y de edificación nacional carece de directrices explícitas o incentivos para la creación de ambientes interioristas que prioricen el bienestar subjetivo, dejando a la buena voluntad o al marketing la adopción de estas prácticas.
A largo plazo, las proyecciones indican una creciente demanda por espacios que ofrezcan más que comodidad, impulsada por una población cada vez más consciente de la importancia del equilibrio mental y físico. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos significativos. La formación académica en arquitectura y diseño de interiores en Chile requiere una revisión profunda para integrar disciplinas como la psicología ambiental, la ergonomía cognitiva y la neuroarquitectura. Es imperativo que los futuros profesionales adquieran herramientas para diseñar con una perspectiva holística, trascendiendo la forma para impactar positivamente la función vital. Se vislumbra la necesidad de establecer un marco de referencia nacional, quizás a través de certificaciones o guías de buenas prácticas, que legitimen y estandaricen la creación de zonas de descanso y bienestar genuinas. La colaboración interdisciplinaria entre arquitectos, psicólogos, médicos y diseñadores se perfila no solo como una oportunidad para la diferenciación en el mercado, sino como un imperativo ético para construir un Chile donde el diseño interior contribuya activamente a una sociedad más sana y equilibrada, superando el mero espejismo de la tendencia para abrazar una verdadera funcionalidad vital.