El Hongo Ignorado: Combatiendo el Moho en el Hogar Urbano Uruguayo
En un país con un clima templado y alta humedad ambiental, especialmente en zonas costeras como Montevideo y el litoral, la gestión del vapor de agua generado en duchas, cocción y lavado de ropa se convierte en un pilar fundamental para la salubridad del hogar. La crónica de la arquitectura doméstica en Uruguay revela un patrón: mientras las construcciones del siglo pasado priorizaban la robustez y, a menudo, relegaban la ventilación cruzada efectiva en áreas de servicio, las edificaciones más recientes, en su búsqueda de eficiencia energética y aislamiento térmico, pueden sellar excesivamente los espacios, concentrando la humedad si no se compensa con sistemas de ventilación adecuados. El moho, principalmente del género Cladosporium, Aspergillus y Penicillium, encuentra en estos nichos húmedos, oscuros y con materia orgánica disponible (como restos de jabón o partículas de comida) el caldo de cultivo ideal para su esporulación y crecimiento, impactando tanto la integridad estructural como la salud de sus habitantes. La perspectiva social es ineludible; el moho no discrimina, pero sus consecuencias son más acuciantes en viviendas precarias o en alquiler, donde la capacidad de invertir en mejoras estructurales o sistemas de ventilación robustos es limitada, exacerbando problemas respiratorios, alergias y otras afecciones en poblaciones vulnerables. Es un problema crónico que exige una mirada técnica y una respuesta consciente.
Cuando el moho ya se ha establecido, la **limpieza** debe ser meticulosa y segura. Es esencial entender que el moho no solo debe blanquearse superficialmente, sino que sus raíces deben ser eliminadas. Para pequeñas áreas, una solución de agua y detergente, o una mezcla de una parte de vinagre blanco por una de agua, aplicada con un cepillo y luego enjuagada, puede ser efectiva. Para infestaciones más severas, se pueden emplear fungicidas específicos o soluciones de hipoclorito de sodio diluido (lejía), siempre con extrema precaución, guantes, gafas de protección y buena ventilación para evitar la inhalación de esporas y vapores irritantes. Es crucial secar completamente la zona después de la limpieza para evitar un nuevo crecimiento. Desde el punto de vista arquitectónico y de la construcción, la integración de ductos de ventilación adecuados y la especificación de materiales resistentes a la humedad deben ser consideraciones primarias desde la fase de diseño. Mirando al futuro cercano, en 2025, la sensibilización sobre estos temas ha crecido exponencialmente, y los profesionales de la arquitectura y la ingeniería en Uruguay están cada vez más comprometidos con soluciones integrales que no solo satisfacen necesidades estéticas y funcionales, sino que priorizan la habitabilidad y la salud a largo plazo de los usuarios, reconociendo que un hogar sin moho es un derecho y una base para el bienestar social.
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